Navidad es lo que tú quieras
De entre los corsés sociales en los que hemos aprendido a ajustarnos las carnes, el navideño es especialmente llamativo. Y sociológicamente inquietante.
En Navidad muchas personas cumplen con ritos en los que no creen. Comidas y cenas «familiares» en las que, lo que menos hay en esa mesa, es una familia. Encuentros laborales en los que lo que menos hay son compañeros. Hordas de regalos cuyo proceso de compra, lejos de una satisfacción por la alegría del destinatario, se convierte en una retahíla de maldiciones y estrés. De cosas que se compran para llenar un presupuesto y no una ilusión.
Muchas personas actúan como si no fueran libres, como si tuvieran a alguien detrás apuntándoles con un revólver para cumplir con todas esas tradiciones que les aportan algún tipo de malestar.
¿Qué harían si fueran libres? ¿Cuáles de esos regalos harían? ¿A cuáles de esos eventos sociales asistirían o no? ¿Cómo se comportarían?
Frente a encuentros a los que se va como por obligación, para compartir tiempo y espacio con personas con las que creemos no compartir nada más, puede que dos opciones puedan cambiar algo. Puede que funcione ir sin prejuicios. Preguntarse si de verdad no te interesan esas personas o si es que no has probado a conocer a la persona que está detrás del personaje. Probar a incentivar otra forma de interactuar entre los presentes. La otra opción, igual de válida, es no ir.
¿Quién serías si no hicieras cosas en Navidad por obligación social? ¿Cómo te sentirías si con tu presencia de otra forma o con tu convencida ausencia estuvieras haciendo lo que realmente te apetece?
¿Hasta qué punto merece la pena invertir tiempo y esfuerzo en vivir las cosas cómo nos han contado que hay que vivirlas y no cómo realmente quisiéramos hacerlo?
Una buena y una mala noticia. La buena es que somos libres. La mala, que somos libres. Y lo que hagamos de la Navidad, como de cualquier cosa en esta vida, depende de nosotros.
Es cierto, no somos libres.Nos movemos arrastrados por la marea imparable del capitalismo, de la herencia social/religiosa/historica con la que nos han educado….así que adelante, Just do it, corre a por tus sueños Joe.Solo tu debes decidir cada segundo de tu vida.
En mi caso me gusta dedicar estos días a la familia, como decía El Padrino «La Familiaaa» pero con los de verdad, el núcleo duro, todos y cada uno son los que quiero que estén, únicos e insustituibles.
Al final que mas da, si todos vamos a morir, a descomponernos, y sobre nuestros cuerpos nacerán abetos que se venderán en el Corté Inglés por navidad 😉
Buenísima reflexión, hay mas personas de las que podemos imaginar que van en contra de si mismas en estas fechas…Y verdaderamente ¿Que nos impide ser y hacer lo que queremos? .(Importante artículo)Un abrazo.